Como lo pensó Martín Tetaz, el poder político pasa por el Congreso

Como lo afirmó en alguna declaración en campaña, el economista y ahora Diputado Electo Martín Tetaz, el poder político pasa por el Congreso Nacional. 

Como lo pensó Martín Tetaz, el poder político pasa por el Congreso

Si antes de la elección legislativa Alberto Fernández era el Títere de Cristina Kirchner, a partir de ahora, es menos que "Margarito Tereré". Su suerte política está echada y como lo sugirió Javier Milei, El Presindente Alberto Fernández es un cadáver político.

Es "Presindente" y no "Presidente", porque no preside nada. Es un cadáver político porque aunque ya haya lanzado su periplo para la reelección, tiene una hora pautada para la "Cochería de la política", cuyo turno en el mejor de los casos, es el 10 de diciembre del 2023. A estas alturas Alberto Fernández no conforma ni a propios ni a ajenos. Y probablemente todos quieran terminar con su agonía política. De alguna forma AF por obra o por omisión, se convirtió en el "Festival de la lástima". Lo que encarna Alberto en el poder, es como esas películas que son pésimas, pero que se siguen mirando, solo para ver como terminan. 

Alberto Fernández y Margarito Tereré

Y en el tratamiento de la ley por el Presupuesto para el 2022, quedó muy en claro que Alberto Fernández ya no tiene absolutamente nada de poder. Y para colmo recibió una ayuda de parte de Máximo Kirchner, que se quiso hacer el banana y la oposición le cantó las 40. 

¿Fue una casualidad lo de Máximo Kirchner o lo hizo a propósito?

En lo personal, me pareció que el hijo de Cristina quiso quebrar el diálogo a propósito. Descreo que Máximo no supiera que dependía de la buena voluntad de la oposición para darles unos días, para hacer las modificaciones al presupuesto, que permitiera que el mismo sea aprobado. 

La impronta del ala dura del "Kirchnerismo", es en iniciativa "Talibanismo de barricada". Y ellos se regodean con ser así. Por más que el "Kirchnerismo" extremo esté en la lona, ellos no van a dar el brazo a torcer. Prefieren el rechazo total a aceptar modificaciones a la letra de lo presentado. 

En tal sentido, el problema no va a ser del "Kirchnerismo", el problema será de Alberto Fernández. Porque los otros dos sectores lo dejan solo. El Kirchnerismo de barrica rompe con la oposición. Y el Massismo según se pudo observar, en los dichos de Graciela Camaño, se posiciona como si el Frente Renovador, no formara parte de la coalición de gobierno. 

Es decir Graciela Camaño habló desde la Banquina, no desde el lugar que ocupa dentro del Frente de todos. Entonces es la soberbia del gobierno que no escuchó, la que llevó al gobierno a un callejón sin salida.  La línea dialéctica es evidente que está acordada dentro del Massismo, para no quedar totalmente incinerados con el "Kirchnerismo". Entre líneas se puede leer, que el Massismo intenta salvarse a lo Niki Lauda, haciendo uso del traje anti-flamas. Pero la conclusión, es que quien queda sin presupuesto y sin margen de maniobra, es Alberto Fernández.

Graciela Camaño en Diputados

Máximo Kirchner afiló la lanza amenazando con embestir, pero Cristian Ritondo le rompió la punta. Ahora el presupuesto vuelve a foja cero. ¿Quién perdió? En realidad el único damnificado es Alberto Fernández. Fue por la alusión al préstamo de 44 millones del FMI a Macri, que la oposición terminó rompiendo lanzas. ¿No sabía Máximo lo que iba a provocar con sus dichos?

Yo creo que Máximo Kirchner tenía muy en claro lo que iba a pasar y fue por ese objetivo. El periodismo dice que sin presupuesto perdemos todos. Es decir sin presupuesto pierde el país. Es cierto. Sin embargo el "Presupuesto" poco importa. Lo único que importa en el Congreso, es ver quien se queda con los laureles de la victoria. La puja de fondo a nivel parlamentario, es entre el Kirchnerismo duro "Cristinismo" y los "Halcones amarillos". 

Numéricamente en la elección legislativa, todo quedó ordenado para que la pelea de fondo se de de esta manera. Los dialoguistas de un lado y de otro pueden ser muchos, pero las decisiones definitivas, a veces puede que estén en manos de unos pocos. Y esos pocos pueden que sean los sectores duros del "Kirchnerismo" y del "Amarillismo". Cristian Ritondo en realidad es una "Paloma" dentro de "Juntos por el cambio". Sin embargo terminó encrespado como si fuera un "Halcón". Es decir, por número el parlamento termina "Talibanizado" y sin posibilidad de consenso. Esto se sabía que iba a ser así, cuando los grandes bloques parlamentarios quedaron 118 a 119 diputados o cifra similar. Para el Quorum hacen falta 129 Diputados. Así que ni siquiera el Quorum es sencillo en Diputados, dado el número de los grandes bloques del Kirchnerismo y de Juntos por el Cambio. Por lo tanto, para conseguir un diálogo constructivo, tiene que existir muy buena voluntad de las partes. 

Cristian Ritondo totalmente encrespado en el debate por la Ley de Presupuesto 2022

Los números quedaron establecidos de tal manera, que o todo queda obstruido o se depende de la buena voluntad de algunas minorías selectas a nivel parlamentario. En lo particular, la Izquierda que se abstuvo y el Liberalismo que no apoyó el presupuesto e incluso fue contundente con el discurso de José Luis Espert, cuya exposición dejó en claro que lo presentado era un mamarracho. Una inflación estimada del 33%, cuando este año con buena voluntad terminamos en 52%, es un mero dibujo arbitrario, otro tanto para la pauta de crecimiento, que fue estimada en el presupuesto en un 4%. 😄😄😄

Para el Cristinismo esta ruptura no es una derrota. No hay que confundirse. Ellos juegan a que no haya ningún acuerdo con el FMI. Eso es lo que el Cristinismo mide como victoria. No importa que el incinerado sea Alberto Fernández. No importa que no haya presupuesto para el año entrante. No será la primera vez que Argentina funcione sin presupuesto. Ante la realidad de no tener mayoría para que el presupuesto sea aprobado a su entero antojo, el Cristinismo prefiere el "Ah, pero Macri". No hay que engañarse. El Kirchnerismo taliban sabe que en el 2023 es una instancia donde le van a pasar el mando a la oposición. Entonces la consigna, es que cuando la oposición agarre las riendas del país, lo haga con el mayor deterioro posible. Luego pujaran como lo hicieron oportunamente en 2015, para que al próximo presidente le vaya mal. ¿Se entiende?

Martín Tetaz tuvo razón, a partir de la elección legislativa el poder político quedó en manos del Congreso Nacional. Alberto Fernández es poco menos que Margarito Tereré. El problema, es que el Presindente va a tener que seguir mintiendo a la sociedad. Porque sin presupuesto 2022, no habrá acuerdo con el FMI. Y sin acuerdo con el fondo, tampoco existirá posibilidad de cambiar el rumbo de Argentina. 

¿Entonces?

Entonces perdemos todos. Ahí aparece la línea editorial del periodismo, que tiene una vez más razón. Sin presupuesto no se puede poner la casa en orden. Y nadie quiere decir la palabra mágica. Esta vez y como nunca, la palabra mágica es "Ajuste". De hecho el "Albertismo" desde el ejecutivo lo está llevando a cabo tímidamente. Por ejemplo, están ajustando según lo comentamos (Aquí), el tipo de cambio. Esto a los fines de acortar la brecha entre el dólar oficial y el Blue. Sin embargo con eso no alcanza. Argentina requiere de furibundos cambios que no nos van a gustar, pero que son necesarios, para sacar al país del camino de la destrucción. 

Administrar un país no deja de ser similar a administrar una casa. ¿Qué hace una familia cuando no tiene recursos para gastar? ¿No se ajusta la economía domestica? Algo similar pero a mayor escala, es lo que debe ocurrir con el país. Si no hay recursos para tirar manteca al techo, lo único que se puede hacer, es ajustar. 

Es indudable, que el ajuste es el único camino posible para Alberto Fernández. Si tomara esa decisión, la oposición lo respaldaría. Sin embargo el "Kirchnerismo Taliban" le va a seguir poniendo palos en la rueda. ¿Qué camino tomará el "no presidente" de los argentinos? ¡El reloj sigue corriendo!

¡Saludos Cordiales!

“También te puede interesar…”	“Click en una de las imágenes”
Argentina Invivible	Un trozo de nada